Glorioso o intrascendente, hoy va a ser un día único porque jamás volverá a repetirse de idéntica manera.
Aunque nuestro cerebro va a ignorar mucha información, sin duda absorberá, codificará y archivará palabras, gestos, hechos y decisiones de nuestro entorno, desde el personal al mundial. Y cuando esta noche cerremos los ojos, tal vez sin que nos demos cuenta, seremos un poco o bastante distintos de cómo nos levantamos por la mañana.
Vivir es un permanente ejercicio de interpretar la novedad.
La novedad sin fin y casi sin sorpresa es uno de los grandes signos de nuestra época, que día tras día nos va moldeando opiniones, actitudes y decisiones. Así va cambiando el mundo y nosotros.
Insistir en repetir a ultranza situaciones y criterios del pasado es negarse a aceptar que aquellas visiones, gestos y palabras que nos daban dicha o seguridad fueron realidades que, con los días y los años, quedaron desgastadas por su permanente roce con la novedad.
Cuando se quiere recuperar lo que se perdió, primero es necesario asumir por qué sucedió y, después, tratar de reponerlo con criterios puestos al día, jamás con los de un pasado que ya pasó.
Si no se entiende ni asume la novedad del tiempo sólo queda la retirada o la imposición, esa almendra amarga que produce halitosis en el alma y arcadas en el cerebro. Mucho mejor es juzgar y entenderse desde la llana realidad del presente.
Clickeando sobre la imagen del reloj podrás ver un fabuloso video publicitario de Festina en el que se narra un poema de Ángela Becerra. Sin duda este video consigue emocionar al espectador. Que bonitos versos, Ángela. Julio Monje.
Secciones
- Articulos por Ángela Becerra (2)
- Articulos sobre Ángela Becerra (9)
- Columnas de Ángela Becerra en el Diario ADN (42)
- Criticas de las novelas (1)
- Cuentos por Ángela Becerra (1)
- Entradas por Julio Monje (12)
- Entrevistas a Ángela Becerra (7)
- Fotos de Ángela Becerra (7)
- Introducción al club de fans (1)
- Poemas de Ángela Becerra (2)
- Reportajes sobre Ángela Becerra (6)
Ángela en el diario ADN
Ángela Becerra
Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-Ángela Becerra-